2 jul 2012

V Seminario Internacional Politicas de la Memoria , "Arte y memoria, Miradas sobre el pasado reciente"

ESPACIO PARA LA MEMORIA Y PARA LA PROMOCIÓN Y DEFENSA DE LOS DERECHOS HUMANOS (EX ESMA
AV. DEL LIBERTADOR 8151 - CABA / Tel: (+54 11) 4702-7777 / ccmhconti@jus.gob.ar / www.derhuman.jus.gob.ar/conti

Centro Cultural de la Memoria, Haroldo Conti
V Seminario Internacional Políticas de la Memoria

“Arte y memoria. Miradas sobre el pasado reciente”.
Abordajes artísticos de la desaparición Mesa 40. Ética y estética, los límites del arte en el abordaje del dolor

Coordinadoras:
Eugenia Ana BEKERIS (eubekeris@gmail.com)
María Paula DOBERTI (mpdoberti@fibertel.com.ar) UBA/ IUNA

Fundamentación:
Si el objetivo del genocidio es no dejar rastro ni huella de sus crímenes ni de la responsabilidad de los asesinos y quebrar la cadena simbólica para los herederos que quedan fuera de los procesos de duelo, fuera de lo humano y si sabemos que un genocidio es triunfante cuando es olvidado, ¿cómo de-construimos el montaje genocida para reconstruir un espacio simbólico de vida?
La imagen puede mostrar lo que no pudo ser visto, El arte puede atravesar los muros que invisibilizan y hacer visible lo invisible, y ver nos permite recuperar la imaginación para saber.
Luego de la Segunda Guerra Mundial, en el contexto del proceso de la memorización de Auschwitz, se desarrolla una nueva estética cuyo desafío es recordar la violencia y homenajear a los muertos. Es entonces cuando comienza a construirse un nuevo enfoque histórico (una nueva visión de la historia), en el escenario de la rememoración la recordación y el duelo. ¿Cómo pensar lo impensable, como imaginar lo inimaginable? Ese es el desafío con el que se confrontan los artistas visuales contemporáneos, comprometidos en encontrar a partir de su obra, modos de representación de la ausencia, el inicio de un camino para la recuperación de la imaginación ante el vacío que dejó el genocidio.
El arte se compromete en la reconstrucción del espacio simbólico de vida que el genocidio intentó destruir, ardua tarea desde su compromiso con la ética y la estética en el abordaje del dolor teniendo que estar alerta a la banalización o trivialización de lo que devela, ya que la banalización es funcional al silenciamiento.
El recuerdo suprimido, forcluído, como resultado de la estrategia genocida es el arte el que contribuye a la elaboración de un nuevo discurso que aborde el horror, y de las nuevas narrativas atravesadas por la tragedia del pasado, facilitando la elaboración social del recuerdo.
El arte, entonces, es una herramienta de resistencia frente al olvido.